Uno de esos vinos que te hace sentir en el Priorat sin moverte de la mesa. Intenso, profundo y elegante, con aromas a mora, cacao y piedra caliente. En boca es potente pero redondo, con una mineralidad que marca la diferencia. Tiene alma seria, pero también un punto hedonista que lo vuelve irresistible. Perfecto para noches largas y copas que se disfrutan despacio.

Variedad: 43% Garnacha Tinta, 18% Samsó, 17% Cabernet Sauvignon, 14% Syrah, 5% Merlot, 2% Cabernet Franc, 1% Ull de Llebre
Crianza: 5 meses en barricas de roble francés
Graduación alcohólica: 14,5%